Leer a José del Castillo sobre Balaguer causó que el genial estadista me visitara. No sé si soñé que lo soñé o si realmente conversamos. Como cada vez anterior, me apresuro a transcribir el diálogo.
Tras saludarnos, dijo: “si se que morirme haría tanto daño a la patria estaría todavía como Leonel, dando carpeta.
La verdad es que mis amigos no han sabido defender el patrimonio político que heredaron. Lo han dispendiado. Como el hijo pródigo cuando andaba de parranda, sólo que ahora no tienen un padre a quién volver.
Es una pena”. Le pregunté si daba por descontado que el presidente Abinader será reelecto. “En la política todo depende de las circunstancias y estas favorecen mucho a ese joven.
La oposición dice que todo está mal, pero el comercio y la industria ríen solitos pues venden más que nunca, según puede verse en la DGII, aun sin conocerse las ventas informales…”.
Entonces, inquirí, ¿vamos bien? Rio con su je je je recordado… “Gobernar es como domar fieras. Cualquiera espanta a un gato grande, con fuego, bulla u otra argucia. Pocos aprenden tanto en tan poco tiempo como este presidente”.
