Vivo equivocado…

16 de febrero de 2024
Por: José Báez Guerrero

Quizás Su Santidad no necesita autorizar bendiciones ofrecidas o expresadas, pues es Dios quien concede la Gracia divina y bendecir es invocarla.

¿Desearles el bien a otros requiere permiso? Igual que en Derecho, la causa debe ser lícita, pero no creo que Dios —que creó todo incluso cada persona con sus particularidades u orientaciones— pueda considerar ilícita su Creación.

El matrimonio por definición es la unión de hombre y mujer para formar familia con intención de procrear. Es un constructo social y legal que la Iglesia bendice, no un derecho.

Ninguna ley puede impedir que dos personas con derechos humanos se amen y formen pareja o unión civil legalizada donde se permite, según quieran, pero si son del mismo sexo jamás serán un matrimonio (excepto si cambia su definición social, legal, religiosa y etimológica).

Si muchos cristianos dedicáramos igual energía y tiempo a aplicar en nuestras propias vidas la moralidad que queremos imponer a otros, el Paraíso existiría en la Tierra. Dictarle a otros cómo vivir o imponer la moralidad religiosa es una intolerancia peligrosa, contraria al amor y la paz. Como vivo equivocado, lo que crea importa poco….

José Báez Guerrero

Abogado, escritor y periodista dominicano.

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