Parecerá un pellizco prematuro al gobierno, ahogado por enormes problemas que no creó, como las crisis por la pandemia y la consecuente disminución brutal de ingresos fiscales. Pero aquí voy… El gobierno necesita “enseriarse”.
Hay un tonito de fiestecita de secundaria, a la que sólo invitaron a jóvenes populares, porque los demás no califican. Se siente un aire de falsa superioridad. La mayoría masculina del gabinete procede del colegio Loyola. Ante las levedades farandúlicas de las comunicaciones oficiales, su directora Milagros Germán, “espontaneísima” diva de televisión, remodela su despacho a todo dar y se ufana de que “será la envidia del Palacio”. No por eficiencia ni excelencia en su misión ¡sino por bonito! Y pagado por ella…
Con o sin palabras, muchos funcionarios parecen decir que ellos son “mejores” socialmente que sus predecesores, olvidando que si quizás fuera así, los hace más diferentes del pueblo al que deben servir. Los muchos excelentes profesionales que colaboran con el presidente Abinader deben ayudarlo a cambiar tanta ligereza, contraria a la gravísima situación del país.