Atribuyen a la divina intercesión protectora de la virgen de Altagracia ser la causa eficaz de salvarnos de innumerables peligros.
Casi tan poderosa como la madre del Verbo, pero aquí menos confiable, es la ley. El frontispicio del edificio de la Suprema Corte estadounidense exhibe cuatro potentes palabras: “equal justice under law”, cuyo sentido jurídico y socioeconómico conecta con el griego Pericles, según Tucídides al narrar la guerra del Peloponeso.
Es curioso que el epígrafe judicial lo sugirió el arquitecto del edificio en 1932 y no algún juez, político o jurisconsulto. Este mejunje de Higüey con Washington y Atenas lo pensé al ver la toma de posesión de Trump y su retahíla de decretos y anuncios, dados jubilosamente tal edictos monárquicos.
Puede que Trump conecte con el sentimiento del pueblo gringo, como Hitler con los alemanes, pero muchas decisiones suyas serán escrutadas en su Suprema Corte.
Su ataque contra los vehículos eléctricos como los Tesla de Elon, promete mucho mambo con su enllave. Otras requieren la ayuda o contrariedad del tiempo, como cambiar el nombre al golfo de México, “recuperar” el canal panameño y anexar a Marte, Canadá y Groenlandia.
De 1938 a 1948, Estados Unidos ocupó ese enorme territorio danés invocando la doctrina Monroe. Lo de aranceles e impuestos lo explica Andy. ¿Tatica habla inglés?
