El vocero de los empresarios, César Dargam, dijo: «Más allá de eliminar exenciones de manera generalizada, proponemos que se haga una revisión costo-efecto de cada régimen fiscal.
Aquellos que no sean efectivos, deben ser revisados, pero no apoyamos la idea de una eliminación total generalizada».
La idea es tratar de mitigar el impacto negativo a las empresas al eliminarse incentivos o exenciones a varios sectores productivos en la reforma fiscal bajo discusión.
Días antes el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, informó al CONEP que el gobierno desea que la reforma fiscal incluya un desmonte de incentivos.
Sin embargo, la noción de que el Gobierno incurre en un “sacrificio” al incentivar sectores como el turismo o las zonas francas, en lugar de ser argumento para mayores impuestos debería justificar que sectores como la agricultura, la industria, la incipiente cinematografía y la construcción, sean tratados con iguales consideraciones para fomentar un mayor crecimiento, más empleos formales, fortalecer la resiliencia y generar más ingresos fiscales por vía del impuesto sobre la renta de los beneficiarios finales y del consumo.
Castigar a productores con cargas fiscales antes de que hayan fabricado ni un palillo es una locura.