Cada vez que llega abril, los periódicos se llenan de crónicas sobre la Revolución del ’65 y sus causas. Y como cada año, se repiten mentiras y se encubren culpas y se desdibuja la historia según convenga al escribidor. Este año he pescado de entre el tumultuoso río de informaciones sobre el hecho histórico, dos reiterados errores que me parece merecen aclararse.
El primero tiene que ver con la manera en que el doctor Donald J. Reid Cabral ingresó al Triunvirato tras la renuncia de su primer presidente, el doctor Emilio de los Santos, a raíz de la muerte del líder del “14 de Junio”, doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, a manos de los militares que lo habían capturado con vida en la cordillera central durante la guerrilla que reclamaba la restitución del gobierno del profesor Juan Bosch.