Desagravio a Camateta

4 de diciembre de 2012
Por José Báez Guerrero

De los muchos disparates que la prensa caribeña publica, quizás por la lenidad acordada a intelectuales que descalifican a quienes piensen distinto llamándoles “ancilares”, esto es esclavizados por algún poder, pocos poseen la magnitud escatológica –en ambas acepciones- que la serie de artículos de Diógenes Céspedes sobre los orígenes de la oligarquía criolla, que viene publicando este mismo diario.
Según éste, debería avergonzar a buena parte de las familias más notables de este país descender de un sacerdote cuyo hijo luego hizo familia con una ex esclava.
El sacerdote en cuestión es el presbítero doctor Antonio Sánchez Valverde (1734-1791), cuyos servicios a la sociedad en que vivió fueron muy valiosos. Fue teólogo, doctor en derecho canónico y en derecho público, abogado en los Consejos Reales de Madrid, donde publicó en 1875 su libro más conocido, la obra “Idea del valor de la Isla Española y utilidades de ella pueda sacar Su Monarquía”. Por este y otros libros se le ha considerado el primer escritor de obra relevante nacido en Santo Domingo.
Un hijo suyo producto de una relación adúltera fue adoptado por un platero quien le dio su apellido, Báez, y este prosperó grandemente exportando madera desde Azua, donde llegó a poseer una de las fortunas más importantes. Tuvo varios hijos con una ex esclava, Teresa Méndez, a quien apodaban “Camateta” o más cariñosamente “Mai Teresa”. Entre esos hijos estuvieron Buenaventura Báez Méndez, varias veces presidente, y su hermano Damián (1832-1909), mi tatarabuelo.
Mai Teresa aparentemente fue excelente madre, pues la mayor parte de sus hijos se destacó en la política, la carrera militar, el derecho, el comercio y como escritores. Damián fue general de división, gobernador de Santo Domingo, delegado del gobierno en el Cibao y luego en el Sur, ministro de Fomento y Obras Públicas. Al consumarse la anexión a España, integró en Curazao junto con Francisco del Rosario Sánchez y otros patriotas la Junta Revolucionaria que posteriormente inició la Guerra de Restauración. Fue autor de varios folletos.
Tanto Buenaventura como Damián, quienes vivían en casas adyacentes en la hoy calle Padre Billini entre Meriño e Isabel la Católica, tenían en la sala principal de sus casas un retrato bastante grande de su madre Teresa, a la cual honraron en vida con devoción filial.
¡Ya quisieran para sí ciertos acomplejados un abolengo tan distinguido como el del cura y la esclava!

José Báez Guerrero

Abogado, escritor y periodista dominicano.

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