Recomenzar

3 de enero de 2022
Por: José Báez Guerrero

Para comenzar el año ligero de equipaje, con entendimiento y buenos deseos, es excelente ejercicio perdonar y orar por quienes nos han ofendido. 

Comenté antes que no soy experto en conducta humana, pero llevo casi diez años en una confraternidad espiritual que a mí me ayuda muchísimo a la introspección y a procurar cómo vivir en paz. Conozco algunos que dicen “perdono, pero no olvido”. Vivir recordando enconos hace más daño al memorioso que a quien debemos perdonar. Aunque hay situaciones como en una canción del Cigala, quien alega “se me olvidó que te olvidé”; en esos casos quizás obra más el corazón que el cerebro. 

Hay agravios, injurias y difamaciones, dignos de que sus autores enfrenten su responsabilidad civil y penal. Empero, hasta en esos casos ninguna sentencia judicial resarce el bréjete de batir aquello. Los intrigantes, mentirosos, engreídos y pretenciosos –reincidentes en quisquillas— generalmente procuran desquitarse por dolores ajenos a sus descargas emocionales. 

No recuerdo quién dijo que perdonar es como soltar a un prisionero que luego descubres que resulta ser tú mismo. ¡Feliz año nuevo!

José Báez Guerrero

Abogado, escritor y periodista dominicano.

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