Los Estados Unidos vuelve a insultar a la República Dominicana atribuyéndonos un racismo y una discriminación que, si bien pueden ocurrir como en todos los países del mundo, no constituyen una política de Estado ni mucho menos una actitud generalizada ni sancionada ni promovida por la inmensa mayoría de los ciudadanos y entidades públicas y privadas en nuestro país.
A diferencia de Estados Unidos, donde en el 2008 por primera vez hay la posibilidad de que un negro hijo de un extranjero opte por la presidencia, en República Dominicana hemos tenido presidentes y líderes negros y mulatos desde nuestra fundación.
Mientras en los Estados Unidos todavía hoy hay una segregación racial patente, con barrios que son sólo de negros o latinos, en los barrios dominicanos todos vivimos entremezclados sin mayores problemas.