Es impostergable el rescate de los ríos Haina, Isabela y Ozama, que con el Caribe forman el cuadrante del Gran Santo Domingo incluyendo la parte hasta Boca Chica.
Por eso aplaudo que el gobierno haya dado continuidad a las obras, iniciadas anteriormente, para rescatar la margen occidental del Ozama con intervenciones en barrios y la construcción de una avenida, cuyo primer tramo se inauguró hace unos días. Esos ríos sólo se salvan modificando las vidas de quienes ocupan en sus riberas, quienes los tratan como cloacas. No me refiero sólo a los pobres de los barrios más carenciados.
Hace muchos meses se anunció un transporte fluvial, idea magnífica pero quizás quimérica, pues hay un trecho del río, justo donde convergen Isabela y Ozama, al que muchos llaman “la pupú”. Ahí hay casi permanentemente una capa marrón y aceitosa de detritus con basura flotando. Lo que fue décadas atrás un lindo paseo es hoy un horror irrespirable…
Los ingleses rescataron su Támesis y los neoyorquinos su Hudson e East River, ¡podemos lograrlo!