Casi diariamente los bancos reiteran a sus clientes que compren el marbete de renovación de placa o permiso de circulación de vehículos. Esto me recuerda otro marbete: la mal llamada “revista”, dizque para inspeccionar carros, revisando su buen estado y equipamiento según las normas.
Esta “revista” nunca funcionó ni sirvió ni siquiera como un impuesto. La economía pierde más con los trastornos que ocasiona que su recaudo total. Si la “revista” se cumpliera, no andarían por vías públicas chatarras rodantes sin luces ni parachoques, con notorios desperfectos y gomas inservibles. Son, en fin, accidentes a punto de ocurrir. No estoy abogando porque se elimine la exigencia legal de la revista, sino porque funcione como debe ser: que su expedición sea oportuna, ágil y sin traumas; que las inspecciones realmente saquen de circulación a vehículos inservibles o peligrosos.
Mientras placa, revista y las multas famosas que ahora ponen los policías de tránsito, sólo sirvan como fuente de ingresos para el gobierno, el tránsito y la seguridad vial seguirán siendo un incordio más.