En 1988, un despistado aspirante vicepresidencial estadounidense que debatía con otro muy veterano, pifió al compararse con Kennedy. Eran los senadores Lloyd Bentsen, demócrata, y Dan Quayle, novicio republicano. “Senador”, dijo Bentsen, “yo serví con Kennedy, nos conocimos bien, y déjeme decirle, usted no es ningún Jack Kennedy”. Desde entonces, “usted no es ningún Jack Kennedy” es expresión usada por políticos cuando otro intenta arrogarse mayor estimación que la correspondiente. El presumido Quayle fue vicepresidente de Bush, pero la reconvención de Bentsen es más recordada que su gris carrera.
Lo rememoro al leer que políticos, cuyo único parecido con Peña Gómez es su negritud, incordian dentro del PRM aún siendo recién llegados, atizando odios disfrazados de pureza institucional ausente en su trayectoria. Cuando inconformes o intrigantes sin escrúpulos intentan subvertir algún partido con las bases como ariete, resulta igual al PRSC, PRD, PLD y demás, que fracturados pierden popularidad, poder y elecciones.
Con una o dos excepciones, estos sublevados no dan ni por los tobillos a Abinader. ¿Permitirá Luis desleal sedición?