Agradezco a Celso Marranzini dedicarme su reciente trino diciendo “necesitamos auténticos periodistas; no sicarios de la pluma ni veletas que pasan de un dueño a otro por un plato de lentejas. El rol del periodismo es demasiado serio en democracia para dejarlo a los filibusteros”. ¡Cuán de acuerdo estamos!
Siendo niño hacía un periódico mecanografiado entre cuyos suscriptores estaban mis inolvidables Fello Esteva, Baby Ricart y Germán Ornes. Luego fui el primer dominicano miembro de la Honorary Society for High School Journalists. Al regresar al país tras estudiar periodismo, el arzobispo López Rodríguez me escogió para organizar y dirigir la Escuela de Periodismo de la UCSD.
Cuarenta y tres años ejerciendo el periodismo me permiten una panorámica que obliga a estar de acuerdo con el «recidivo» funcionario a quien le gusta escribir artículos y trinar. Quizás si algunos empresarios celsaran su apoyo a chantajistas, comunicadoras veteranas sin idea del periodismo, o sus incesantes pleitos y cátedras regañonas, aunque ateos del evangelio que predican, lograríamos ese bello ideal. Mientras tanto, ¡sigamos tronando!
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