Malecón © Turismo de Republica Dominicana
Ciudades con riberas marinas o fluviales, cuyos munícipes poseen conciencia, dan al espacio frente al agua la mayor importancia. Los mejores parques, residencias o edificios comerciales, compiten por ubicarse en la costa. Aquí –como con tantas cosas— ¡es al revés!
El Malecón fue una ruina hasta que David Collado lo rescató. Algunos cabalosos dicen que azara: hasta el Vesuvio cerró. Es casi vergonzoso cuan inacabable resulta el saneamiento del Ozama, Isabela y Haina, que abrazan a Santo Domingo. El gobierno anterior rescató y reconstruyó La Barquita con criterios urbanísticos. Pero el mal que aflige las riberas y los cauces es mayor que simplemente ecológico o ambiental; no es sólo la contaminación. Es la ausencia del imperio de la ley, desde inexistencia de propiedad privada legal hasta violación impune de las leyes y ordenanzas sobre construcción, urbanismo, vecindad, ornato y salubridad. Algo tan complejo podría arreglarse simplemente imponiendo la ley.
Quizás la pandemia hace extemporáneo este asunto, pero la construcción es imprescindible para reactivar la economía. Ningún lugar mejor para invertir construyendo.
Me disponía a garabatear esta columna sobre alguno de mis temas preferidos, como la necesidad…
Los éxitos y logros del Gobierno, que no son pocos, están réquete conocidos y cacareados. Igualmente…
Los publicistas oficiales destacan acertadamente que el Gobierno muestra enorme interés en el debate mundial…
Desde tiempos de Alix ni siquiera los decimeros están exentos de dudas en cuanto a…
Tuvo razón el asesor del presidente que, al ser consultado sobre prohibir la reelección, le…
Barbados, pequeña isla de 430 kilómetros cuadrados, menos de 300,000 habitantes y PIB de US$6,600…