Supongamos que es realmente necesario que policías de tránsito de nivel intelectivo indeterminado suplanten a semáforos muy inteligentes para mejorar el caótico flujo vehicular en Santo Domingo. Tienen radios y celulares; trabajan dizque coordinadamente; hay supervisión de oficiales acompañantes de recluticas.
Pero, y he aquí la cosa, ¿no podrían por favor enseñarles a emplear señas que son universalmente reconocidas para dirigir al tránsito? Recuerdo de mi niñez que los policías de tránsito lucían tan eficientes como si estuviesen en Londres o Tokio. Quizás los actuales taponamientos empeoran por cuán difícil resulta desentrañar tantas musarañas. Paran de lado, que significa “pase”; dan paso de frente o pecho hacia el conductor, que en el resto del mundo equivale a “pare”. Apenas levantan un cansado brazo para con sus dedos arañar el aire, que sólo en cabezas silvestres significa siga o cruce. ¡Y nunca “ven” a los motociclistas violar sus mandatos!
¿Cuántos de estos policías poseen licencias de conducir? Dirigir el tránsito sin saber manejar es peor que si una analfabeta enseñase a leer.
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