Opositores al gobierno critican el boche presidencial que se hizo viral en redes sociales y noticieros. Resulta que el sábado pasado, mientras visitaba el Hospital Regional Musa en San Pedro, uno de los médicos solicitó al presidente Abinader algo absolutamente extemporáneo e inconsciente. Quería del gobierno dinero, tiempo y esfuerzo para construir o remodelar un centro de esparcimiento, para que los galenos se reúnan para tomarse sus traguitos y jugar dominó.
Ganó el premio “Plátano del Año”. Un hospital en estado crítico, una pandemia sin precedentes, finanzas públicas estragadas, salud pública y educación en crisis; y este señor salta con su casa club. Merecía no uno sino tres boches y dados sin tanta explicación. ¡Ave María Purísima!
Hasta Balaguer echaba su San Antonio y ni se diga don Hipólito con su repentismo. Es verdad que los presidentes deben tener piel de cocodrilo y aguantar toda clase de necedades, pero los mismos que critican el boche se rasgarían las vestiduras si concediera la barbaridad de la casa club. Muy bien respondió Abinader.
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