La semana pasada tuiteé que el Ministerio de Industria y la Asociación de Industrias duplicaban el esfuerzo de la comisión oficial de Marca País al anunciar un sellito feíto que dice “Hecho en República Dominicana”. Las normas sobre etiquetado disponen que los fabricantes deben poner en sus productos el epígrafe “Hecho en República Dominicana”. Es a todas luces una innecesaria duplicación de esfuerzos y recursos.
Decir hecho aquí no significa que el producto es dominicano, como demuestran los ensamblados en zonas francas. El rótulo no garantiza atributos como denominación de origen, calidad o compromiso medioambiental, como procura Marca País al resaltar valores dominicanos.
Tiene razón Ligia Bonetti al sugerir que deben consensuarse estas iniciativas del sector privado para no duplicar esfuerzos ni desperdiciar recursos. Que un solo buey hale en sentido contrario paraliza la carreta. Ojalá en vez de cabrearse o maquinar, los responsables acepten con humildad esta crítica constructiva.
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