Hay muchos estilos distintos para gobernar exitosamente, pero ninguno para complacer a todo el mundo todo el tiempo. Cada vez que cualquier gobierno decide algo, casi seguramente habrá alguien, persona o grupo, en desacuerdo porque lesiona su interés particular o contraría sus creencias. Por eso es tan peligroso pretender gobernar atendiendo encuestas o jugando a ser popular, porque los jefes de Estado admirables y efectivos son los que, a contrapelo del consenso político o la conveniencia momentánea, disponen medidas necesarias, pero dolorosas, como haría un buen padre con sus hijos.
Tanto preámbulo es porque ahora viene una reforma fiscal imprescindible. Este gobierno se ha “desdecido” muchísimo: con el muro fronterizo que ahora apoya; el pacto eléctrico que firmaron igualito tras asquerosearlo; los subsidios, toques de queda y medidas sanitarias por la pandemia; y la lista sigue…
Los pactos o acuerdos que pretendan hacerse en base a “aminoplismos” o favoritismo no pasarán de ser malos parches. Vienen muchas duras decisiones. Ojalá el presidente Abinader pondere bien su rumbo. Predecesores que no, fracasaron.
Carecer de las imprescindibles destrezas de lectoescritura o fundamentos de las matemáticas equivale actualmente a…
Me disponía a garabatear esta columna sobre alguno de mis temas preferidos, como la necesidad…
Los éxitos y logros del Gobierno, que no son pocos, están réquete conocidos y cacareados. Igualmente…
Los publicistas oficiales destacan acertadamente que el Gobierno muestra enorme interés en el debate mundial…
Desde tiempos de Alix ni siquiera los decimeros están exentos de dudas en cuanto a…
Tuvo razón el asesor del presidente que, al ser consultado sobre prohibir la reelección, le…