Si el presidente Abinader no amarra pronto y bien a muchos de los suyos, llegará un momento en que el daño será irremediable. A propósito de los impuestos ilegales metidos de contrabando en el presupuesto de 2021, ayer miércoles recordé que Einstein decía que hacer lo mismo muchas veces esperando resultados diferentes es una locura.
Me refiero a la famosa Ley 28-01, llamada a expirar por muerte natural tras dos décadas sin cumplir su propósito de atraer inversiones al área fronteriza mediante exenciones fiscales. Quieren extenderla por 30 años, con 100% de gracia de impuestos y aranceles. No se ha reducido la pobreza significativamente por esa ley ni se han instalado más que dos o tres industrias que compiten deslealmente con similares, que operan en la capital o Santiago fabricando cemento y refrescos carbonatados y cumplen cabalmente todas sus obligaciones fiscales.
¿Cómo pretenden crear muchísimos nuevos impuestos, hasta el sueldo navideño, mientras por otro lado favorecen a dos o tres empresas perjudicando al fisco y la industria nacional? Ojalá Abinader explique esta noche…
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