Este noviembre se cumplió el centenario del retorno al país desde Mayagüez de los restos de Buenaventura Báez, uno de los principales políticos del siglo XIX y cinco veces presidente de la república. Su recuerdo está nublado por siglo y medio de mala prensa y un aspecto de su vida ha sido particularmente desdeñado: sus contribuciones militares a la separación de Haití.
Ante el mito del heroísmo guerrero del general Pedro Santana, muchos historiadores han pretendido minimizar la figura de Báez como militar durante los años de guerra en la Primera República. Expertos militares han incurrido en el excusable error de afirmar que cuando Santana “faltaba en los cantones, se desmoralizaban y se indisciplinaban las tropas, como sucedió en los gobiernos de los generales Manuel Jimenes y Buenaventura Báez” (mayor general retirado José Miguel Soto Jiménez, “Semblanza de los Adalides Militares de la independencia”, página 20).