Jorge Blanco quiso imponer controles de precios con el INESPRE de ariete contra el comercio y provocó el mayor desabastecimiento que se recuerde, protestas enormes y la poblada de abril de 1984 con sus centenares de muertos. La única buena razón que tenía era la liberalización del cambio monetario, pero lo manejó con la misma torpeza política que caracterizó casi toda su gestión.
Ahora, aparte de las obvias dificultades económicas por la pandemia, como la disminución del turismo, la desvalorización del dólar por las masivas emisiones de los Estados Unidos dispara los precios internacionales de innumerables insumos, encareciendo alarmantemente la canasta familiar dominicana en pesos. Para apreciar la magnitud del problema, sépase que cuando Biden libere la próxima fase de subsidios sociales, casi el 40% de todos los dólares en circulación habrán sido emitidos durante los últimos doce meses.
El presidente Abinader debe andar con pies plomizos y desoír a sus compañeros perremeístas que instigan y claman por controles de precios. Ojalá Luis no se deje atosigar y aplique la sesera.
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